Nada especial que contar.
Es martes y estoy depre. Se han acabado las vacaciones.
Llego al bonsái. Los perros me dan la espalda. 20 días sin verlos son muchos días así que ni se dignan dirigirme la palabra. Después de un rato de palabras cariñosas y caricias comienzan a mover el rabo ,señal de que me han perdonado la ausencia.
Continuo con mi visita bonsái por bonsái. Uff, este necesita poda, aquel un poco menos de agua, a finales de semana, abono a todos. Miro si hay algún bicho indeseable. De manera inconsciente voy quitando hierbas y hojas amarillas a medida que voy revisando las estanterías.
Pongo al día el almacén. Productos vendidos que hay que reponer, bonsáis de esta especie o de esta otra. Este mes de agosto han arrasado con los olmos y con los arces. Es una buena noticia.
Atiendo a los clientes. Son las 11 de la mañana con jet lag y el teléfono no deja de sonar y los clientes y visitantes no dejan de asomarse por aquí. Unos vienen a recoger sus bonsáis que permanecían en el servicio de guardería, otros a por akadama, a por abono de otoño, otro par estaban esperando para matricularse en el curso de iniciación de bonsái.
Me llaman de Valladolid para un par de kokedamas. Otro pide fotos de pre bonsáis de hayas..Uno que quiere el libro de Naka..
Vamos que, esto es empezar el día con energía. Me alegra volver a la rutina del trabajo aunque sea todo de golpe.
No añado mas Me falta tiempo. El martes próximo prometo novedades.
Un saludo desde Bilbao..