Cuatro dias de tiempo bueno y todo se lia a brotar.
Sabemos desde hace mucho tiempo que el mundo vegetal y por ende nuestros bonsáis perciben en qué estación del año nos encontramos a través de proteínas que sintetizan en las hojas.
Nuestros bonsáis tienen en cuenta la duración de los días y las temperaturas que soportan para prever cuándo se aproxima la primavera.
Ahora debemos añadir a esta ecuación el calentamiento global. Las hojas de los arboles hace unos años, brotaban más deprisa debido a este aumento de las temperaturas. Ahora sin embargo el proceso se está invirtiendo y las hojas brotan más tardíamente ralentizando su crecimiento.
Esta ralentización es gracias a otro factor que regula la salida de las hojas: la acumulación de frío durante el invierno.
Parece ser que hay una relación una relación entre la temperatura media de la primavera y la fecha de aparición de las primeras hojas de los árboles. "En general, cada grado que se añade a la temperatura media entre febrero y abril, conlleva, dependiendo de la especie, una ventaja de entre 2 a 6 días en el brote de las hojas".
Por lo dicho anteriormente podemos pensar que como la temperatura aumenta debido al calentamiento global, las hojas deberían brotar cada vez más pronto sin embargo esto se medio controla de alguna manera con los efectos de la inactividad, un estado en el que los brotes de los árboles comienzan a descansar en el otoño y que es causado por un período frío lo suficientemente significativo. Si la temperatura ambiente se calienta durante el invierno, la latencia se convierte en parcial y el árbol finalmente necesita más calor para "forzar" su desarrollo, por tanto, debe esperar más tiempo antes de poder desplegar sus hojas.
Los bonsáis no brotan tan pronto como se pensaba porque necesitan acumular un cierto número de noches frías para despertar del estado de parada invernal.
Otro factor ayuda también a contrarrestar la aparición de las hojas demasiado temprano: la longitud del día, lo que los especialistas llaman "fotoperiodo". Si la temperatura anima a los bonsáis a adelantar la fecha del brote de las hojas, la planta se expone a una longitud del día más corta de lo esperado, lo que genera el efecto de retrasar la aparición de las hojas, un mecanismo que es también una protección adicional contra las heladas tardías.
"Las plantas están evitando que los brotes salgan antes de tiempo porque detectan las pocas horas de luz características del invierno. Gracias a este mecanismo, protegen los primeros brotes de los posibles daños de las heladas”.
Es posible que los bonsáis caducos tengan problemas para controlar la salida y el desarrollo de las hojas si continúa disminuyendo el frío invernal, igual que sucede cuando se plantan árboles frutales en países muy cálidos.
Saludos cordiales desde Bilbao
Beti Andrés