Primeros de marzo. Mucha labor por hacer. Comenzar a quitar alambres. Loa árboles brotan y enseguida comienzan a engordar. Si una se descuida, se empezara a marcar así que hay que cortar las vueltas de alambre donde se hace mas presión aunque , el resto pueda permanecer en las ramas.
También es época de transplantes a destajo. Árboles grandes y pequeños, propios y ajenos guardan su turno para ser acicalados.
Esta pasada semana me toco transplantar un viejo conocido. Un arce burgueriano enorme que llego a mis manos desde Japón hace 20 años. Un árbol de 75 cm de altura y un grosor de nebari como mi muslo.
Hace 20 años valía una pasta. La apariencia era la de un tocho con mucho futuro, poco ramificado y bastante caro. En aquellos tiempos yo había terminado mi relación profesional con Bonsai Asua y había inaugurado Bonsai Center Sopelana. Abrí en la peor época. Era Junio, no se vendía un bonsai ya que la gente se iba de vacaciones así que yo comencé a subsistir con las guarderías.
El caso es que llego Agosto, un calor de agarrate y yo estresada perdida y agotada por todo el trabajo de montar un negocio. Mi madre, muy sabia ella me dijo. Hija vete un par de días y me quedo yo en el negocio. Riego, atiendo si viene algún despistado etc.….
Yo no tenia una lata. La pasta justo me dio para ir dos días a Sevilla en plena calor. Casi muero allí oye. Recuerdo la visita a la fábrica de azulejos de la Cartuja. Las tres de la tarde, el sol de plano y yo pegada a la pared en un hilillo de sombra. Dos o tres hierbajos se mantenían en aquella sombra con un halito de vida y yo con ellos.
El caso es , que vuelvo a a casa. Mi madre me da el alegrón del mes. Había venido un cliente y después amigo y le había comprado ese pedazo de árbol. Un arce de tres puntas. Enorme y enormemente hueco por el interior.
Ya sabéis esos arces que se construyen como un croquembouche. Esquejes y esquejes que se sueldan alrededor de una madera y una vez soldados y formado el tronco se elimina el tocón de madera del interior quedando un agujero.
Han pasado los años y mi cliente ha conseguido que las ramas estén mas densas y compactas. Es un trabajo de años. En una actuación anterior se elimino el pegote que rellenaba todo el agujero. El problema es que se introducía dentro mas de un litro de agua y podía producir una pudrición así que esta vez le hemos metido un plástico a presión y procederemos a tapar con pasta de bote, que es mas gruesa y rígida. También se podría utilizar cualquier polímetro apto para la madera y soluble en agua que se endurezca, pero que nos se dilate.
Si dilata y aumenta de volumen puede destrozar el árbol.
Cortamos raíces, preparamos la maceta, podamos las puntas mas gruesas de las ramas sobre todo superiores, preparamos un sustrato a base de akadama y un poco de pomice y al lío.
Una tarde de trabajo y aquí esta. Pletórico y con ganas de dar guerra.
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Beti Andrés