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Raku-Yaki

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Hola

El pasado sábado tuvimos la suerte de ser invitados a celebrar La fiesta del Raku en el taller de Carmen Pérez.

El Raku es una técnica tradicional oriental que permite la elaboración de cerámica utilitaria. Floreció con esplendor en Japón donde se usa en la fabricación de teteras y cuencos destinados a la ceremonia del té. Se trata de una cerámica porosa, de baja temperatura y aspecto rústico debido al agregado de chamota y a que las piezas son modeladas a mano.


El kanji raku significa tranquilidad, pero también "diversión" o "felicidad". Lo cual resulta muy apropiado para denominar esta súper fiesta.


El Raku en Japón y el que se realiza actualmente en todo el mundo no es la misma técnica. El japonés esencialmente se realiza en hornos pequeños, con carbón .Tradicionalmente se eligen los esmaltes por el contraste fuerte que presentan con respecto al té, y son el esmalte negro Aka raku y el rojo Kuro raku. Una vez que está maduro el esmalte, se extrae la pieza y se deja enfriar lentamente, sin una reducción fuerte como se realiza en el occidental. 



El día no acompañó. Toda la tarde lloviendo pero el lugar es incomparable. Una joyita de casa entre las montañas. Adosado a la casa principal esta el taller de Carmen. Piezas, macetas, obras de arte que nos hacían abrir la boca pasmados de tanta belleza.
Sabia lo que era el Raku, pero nunca había estado con tantos aficionados del tema. 


Pasos a seguir para elaborar Raku a la manera occidental.
  • Algunas piezas  de barro refractario bizcochadas. Carmen se encargo de preparar unas cuantas piezas para ese día. Algunas con agujero para los locos del bonsai como yo.
    Esmalte
  • Un par de recipientes con abundante serrín
  • Cubos grandes con agua.
    Pinzas y alicates de metal para coger las piezas sin riesgo de quemaduras.
  • Yo añado de mi cosecha, unas gafas para que el humo del serrín quemado no entre en los ojos.
    Un horno. En este caso funcionaba con propano. La bombona tiende a congelarse y el gas sale mal por la boquilla así que el truco consistía en tener la bombona metida en un cubo con agua para evitar que se enfriara demasiado.


Hasta aquí el material necesario, pero si no hubiera merienda no seria “FIESTA DEL RAKU”. Todos los invitados se presentaron con viandas, bebidas… así que nos dimos un homenaje gastronómico.
Comenzamos nuestra aventura como ceramistas



Nos dedicamos a pintar la pieza que habíamos elegido con el esmalte. Aprendíamos sobre la marcha. Este pincel si, este otro es poco adecuado...Carmen nos iba explicando como debíamos aplicar el esmalte. A mas cantidad, mas textura en la pieza.  Para una neófita como yo, todos los botes tenían el liquido de color parecido. Menos mal que en una bandejita había pequeñas piezas pintadas cada una con un esmalte diferente que servían de muestra para saber como quedaría la pieza después de pasar por el horno. Incluso, en un momento, Carmen se puso a elaborar un esmalte especifico.




Me decante por una textura craquelada en tonos blanquecinos rotos y amarillos suaves. Yo pinte mi pieza por fuera y parcialmente por dentro ( para una planta o mame no necesito engobarla entera).
A continuación dejamos secar el esmalte y posteriormente pasa al horno. François esperaba pacientemente a que el horno alcanzara los 960-970 grados para levantar la tapa mediante un sistema de poleas y sacar las piezas con las pinzas.
El paso siguiente consistió en soplar las piezas con tubos metálicos para romper el esmalte y producir esa textura craquelada tan bonita.



Seguidamente metíamos la pieza en el serrín. Se formaban llamaradas  que sirven para producir esos tonos particulares. Tapa en el cubo del serrín para eliminar el oxigeno y que se apagaran las llamas y un ratito de espera. El humo se introduce en la pieza y da esos tonos tan dispares.
Del serrín al agua patos para enfriar la pieza y así detener el proceso. Los esmaltes se fijan. Seguidamente a fregar para quitar los restos de serrín quemado, suciedad…
Veíamos la pieza. A veces no salía bien a la primera. A meterla una segunda vez incluso mas veces. Siempre que el barro sea especial para altas temperaturas aguantara varios pasos por el horno a bajas temperaturas sin quebrarse.










Por ultimo: gritos de satisfacción al ver la pieza terminada hecha con mis manos. Una experiencia estupenda.
Nos vinimos a casa con varias cositas maravillosas. Los alumnos de carmen majos, majos. La merienda de 10. Repetiremos

Un besazo para Carmen y François
Saludos cordiales
Beti Andrés



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